Carlos Sainz saldrá desde la tercera posición del GP de Bahréin, primera carrera de la temporada 2022 de Fórmula 1, después de que haya estado peleando hasta los instantes finales con Charles Leclerc y Max Verstappen, que confirmó su candidatura a reeditar el título… pero no de paseo como esperaba.
Las dudas sobre si lo de Ferrari era o no una posible alternativa se han disipado. Desde el primer momento, desde la Scuderia demostraron una enorme competitividad. Los motores de Maranello son netamente superiores a los de sus rivales, haciendo bueno aquello que decía el fundador Enzo: «La aerodinámica es para gente que no sabe hacer motores». La ventaja con la que parten las unidades de potencia del Cavallino es tal que en la Q1 copaban cuatro de los cinco primeros puestos, incluidos los inesperados Valtteri Bottas con Alfa Romeo y Kevin Magnussen con el Haas (no es una errata).
Desde el primer momento no sólo se vio que los motores Ferrari estaban un paso por delante o que Red Bull con Max Verstappen iba a estar ahí. Hasta aquí, cero sorpresa. Mucho menos esperado es que, realmente, los Mercedes no están ni siquiera para un ‘top 3’.
Ya avanzaba Hamilton tras los libres del viernes que estaban muy lejos, pero este discurso ha sido tan manido y tan usado a lo largo de su reinado que nadie les creía. Sin embargo, es real: están muy por detrás de lo que desearían.
Lewis Hamilton saldrá quinto en este primer GP del año, por detrás de los Red Bull y los Ferrari, y por delante de su compañero George Russell. El temido ‘porpoising’ solo explica en parte la falta de competitividad del W13, cuya apuesta aerodinámica queda claramente supeditada a las pobres prestaciones de sus motores. Prueba de ello es que no solo tuvieron dificultades los de las ‘flechas plateadas’: McLaren vio cómo Daniel Ricciardo quedaba eliminado a las primeras de cambio y Lando Norris no podía pasar de la Q2, cuando en 2021 eran firmes candidatos a Q3 de manera constante.
En esa tanda entró Fernando Alonso, siguiendo lo previsto en ‘El Plan’, pero no un Esteban Ocon al que echó fuera en los últimos instantes Pierre Gasly, con quien guarda una lejana rivalidad desde los tiempos del karting.
Visto el crono de Verstappen en la Q2, todo el mundo daba por hecho que iba a ser él quien se llevase la pole. Sin embargo, el barco de Ferrari (que ya en pretemporada se demostró que era un posible aspirante serio) arrasó con casi todas las previsiones.
Primero, Carlos Sainz se hizo con la pole provisional. Verstappen había fallado en el segundo sector del circuito, por lo que se auguraba lo de casi siempre: un ‘vueltón’ en la última parte y el gozo en un pozo. Fue así… a medias. Sólo pudo superar en 6 milésimas al que fuera su compañero en Toro Rosso cuando ambos debutaron en Fórmula 1, mientras que era Charles Leclerc quien les endosaba poco más de una décima a ambos para lograr la décima pole de su carrera deportiva.
Fernando Alonso, atrás pero no tanto
Con el cambio de cartas que ha habido arriba, Alpine puede darse por satisfecha por estar donde estaban. Fernando Alonso saldrá 8º, detrás de Kevin Magnussen (lo de Haas sí que nadie lo vio venir) y por delante de George Russell, lo que supone todo un logro.
El ‘Alpink’ parte un paso por detrás de los grandes candidatos, por lo que tendrán que tirar de redaños para confirmar la vigencia del manido ‘Plan’ y no dejar que se lo lleven otros, si bien de momento pueden sentirse orgullosos de no haber perdido su posición en parrilla. Mucho peor es lo que les ha pasado a rivales directos, como Aston Martin, McLaren o incluso la propia Mercedes.