Los médicos palestinos han informado que los recientes ataques aéreos israelíes en la Franja de Gaza han dejado al menos 20 muertos, entre ellos mujeres y niños, empeorando una situación humanitaria ya devastadora en el enclave. Uno de los atentados alcanzó un campamento de tiendas situado en la zona de Muwasi, considerada zona humanitaria por las autoridades israelíes. Ese ataque, que tuvo lugar durante la noche y la madrugada del lunes, mató a ocho personas, incluidos dos menores, según el Hospital Nasser de Khan Younis, al sur de Gaza.
Los registros del mismo hospital afirman que otras seis personas murieron en un ataque a un convoy que intentaba entregar ayuda humanitaria, mientras que otras dos murieron en un atentado con coche bomba en la misma zona de Muwasi. Además, una persona murió en otro ataque en la zona.
Por su parte, el Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, ubicado en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, dijo que tres cadáveres habían llegado después de un ataque aéreo contra una escuela que había sido convertida en refugio en el atestado campo de refugiados de Nuseirat.
El ejército israelí, que dice que sus bombardeos sólo tienen como objetivo a militantes, justificó el ataque en la zona humanitaria de Muwasi diciendo que tenía como objetivo a un miembro de Hamas escondido entre civiles. Oficiales militares israelíes reiteraron que los combatientes de Hamás están utilizando a la población civil como escudo, complicando las operaciones en el territorio.
Un conflicto que nunca cesa
La guerra de Gaza comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamás lanzaron un ataque sorpresa contra el sur de Israel, dejando 1.200 muertos, en su mayoría civiles, y tomando como rehenes a unas 250 personas. Hasta el día de hoy, unos 100 cautivos permanecen en Gaza; Sin embargo, se cree que al menos un tercio de ellos murieron durante el ataque inicial o en cautiverio.
Desde entonces, la ofensiva aérea y terrestre de Israel ha devastado la Franja de Gaza. Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 45.200 personas han muerto, y más de la mitad de las víctimas son mujeres y niños. Sin embargo, los datos del ministerio no distinguen entre civiles y combatientes. Por su parte, el ejército israelí afirma haber matado a más de 17.000 combatientes de Hamás, aunque no ha aportado pruebas que respalden estas afirmaciones.
Mientras tanto, las condiciones de vida en Gaza son cada vez más desesperadas. Los ataques han dejado en ruinas grandes zonas del enclave y los servicios esenciales han colapsado. Millones de personas enfrentan escasez de alimentos, agua y medicinas, mientras los hospitales están superpoblados.
Hezbollah y el sur del Líbano
En el frente regional, el Líbano también sigue lidiando con los efectos del conflicto. Casi un mes después de que un alto el fuego pusiera fin a la guerra entre Israel y Hezbollah, el primer ministro interino libanés, Najib Mikati, visitó el lunes posiciones militares en el sur del país. La gira marca el comienzo del despliegue gradual de las fuerzas armadas libanesas en la región, de acuerdo con un acuerdo negociado por Estados Unidos que exige la retirada tanto de los combatientes de Hezbolá como de las tropas israelíes antes de finales del próximo mes.
Durante su visita al cuartel militar de Marjayoun, Mikati subrayó la importancia de recuperar el control sobre el territorio ocupado por Israel durante su reciente agresión. «Tenemos muchas tareas por delante, la más importante de las cuales es retirar al enemigo de todas las tierras que invadieron», dijo tras una reunión con el jefe del ejército libanés, Joseph Aoun.
El primer ministro subrayó que una vez que Israel se retire completamente, el ejército libanés podrá asumir plenamente sus funciones en el sur. Sin embargo, este despliegue depende de la llegada de fondos internacionales, ya que el ejército libanés se ha enfrentado a graves dificultades económicas en los últimos años. Sus operaciones se sustentan principalmente con ayuda financiera de Estados Unidos y otros países occidentales, y el gobierno espera que el alto el fuego permita incrementar estas contribuciones.
El impacto de la guerra en el Líbano
Aunque el conflicto directo entre Israel y Hezbollah ha terminado, las tensiones persisten. El gobierno libanés ha expresado su frustración por los continuos ataques aéreos y ataques israelíes en su territorio, que han causado daños importantes. Según el ejército libanés, decenas de soldados murieron en ataques israelíes contra instalaciones militares y convoyes de patrullas en el sur del país. Algunos de estos ataques fueron reconocidos por Israel.
El sur del Líbano, donde Hezbollah ha mantenido una presencia significativa durante años, sigue siendo un punto álgido en la región. Aunque las fuerzas de Hezbollah no han participado activamente en el reciente conflicto, sus capacidades militares y su alianza con Irán siguen siendo factores clave en el panorama estratégico de Medio Oriente.
Un futuro incierto
Mientras Gaza enfrenta una catástrofe humanitaria y el Líbano intenta estabilizar su frontera sur, el conflicto entre Israel y sus adversarios en la región parece estar lejos de resolverse. La escalada en territorio palestino, los ataques aéreos y las tensiones actuales en el sur del Líbano ponen de relieve la complejidad de una guerra que afecta no sólo a los países directamente involucrados, sino también a la estabilidad de toda la región.
Mientras las negociaciones internacionales intentan encontrar una salida al conflicto, el costo humano sigue aumentando, dejando a miles de familias atrapadas en medio de la violencia y la inseguridad. La paz, aunque necesaria, todavía parece un objetivo lejano en un escenario marcado por décadas de confrontación y desconfianza mutua.