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Han transcurrido más de nueve años desde la fatídica noche del 26 de septiembre de 2014, cuando 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron secuestrados en Iguala, Guerrero, México. A pesar del tiempo que ha pasado, los parientes de los estudiantes continúan con su incansable lucha por obtener respuestas y justicia. Esta desaparición colectiva se ha convertido en un emblema del grave problema de impunidad y corrupción en México, un país donde más de 110,000 individuos han desaparecido en el contexto de la violencia narcotraficante.

Luz María Telumbre es una de las madres que mantiene viva la esperanza. Su hijo, Christian, fue uno de los estudiantes desaparecidos y, aunque en 2020 se identificó un fragmento óseo como suyo, Luz María asegura que no cesará su búsqueda hasta descubrir toda la verdad. «Mientras no tenga el cuerpo completo, mi lucha continúa… hasta que los responsables sean castigados», afirma, expresando el sentir de muchas familias que aún aguardan justicia.

La «verdad histórica» bajo examen detallado

La “verdad histórica” bajo escrutinio

Con el tiempo, se presentaron evidencias que pusieron en duda esta versión. Investigaciones independientes destaparon irregularidades en los procedimientos, tales como torturas a testigos y manipulación de pruebas. Incluso se encontraron restos humanos en sitios completamente diferentes a los mencionados en la «verdad histórica», lo que disminuyó aún más la credibilidad de la narrativa oficial.

Una investigación renovada y más interrogantes

En 2019, la administración de Andrés Manuel López Obrador se comprometió a reabrir el caso con una nueva investigación, liderada por el abogado de derechos humanos Omar Gómez Trejo. Este equipo descubrió videos que mostraban interrogatorios ilegales realizados durante la investigación inicial, donde se evidenció la tortura por parte de autoridades. Estas nuevas pruebas provocaron que se retiraran cargos contra algunos de los sospechosos originales y se emitieran órdenes de arresto contra altos funcionarios, incluido Tomás Zerón, quien se trasladó a Israel y niega haber torturado a testigos.

Aunque se han logrado avances, las tensiones continúan. El rol del ejército en los sucesos de Iguala sigue siendo un asunto delicado. Se sabe que el ejército observaba la situación en tiempo real y hasta tenía infiltrados en la escuela de Ayotzinapa, pero no actuó para impedir la desaparición de los estudiantes. Aunque el presidente López Obrador ha ordenado que se entregue toda la información militar relacionada, los investigadores denuncian una falta de cooperación y obstrucción por parte de las fuerzas armadas.

A pesar de los avances, las tensiones persisten. La participación del ejército en los hechos de Iguala sigue siendo un tema delicado. Se sabe que el ejército monitoreaba la situación en tiempo real y que incluso tenía infiltrados en la escuela de Ayotzinapa, pero no intervino para evitar la desaparición de los estudiantes. Aunque el presidente López Obrador ha ordenado la entrega de toda la información militar relacionada, los investigadores denuncian falta de cooperación y obstrucción por parte de las fuerzas armadas.

El caso Ayotzinapa no solo muestra la tragedia de las familias afectadas, sino también los serios problemas estructurales en México. La connivencia entre autoridades y el crimen organizado quedó al descubierto, con evidencias que sugieren que los Guerreros Unidos usaban autobuses para transportar drogas hacia Estados Unidos. Se cree que los estudiantes abordaron, sin estar al tanto, un autobús relacionado con estas actividades, lo que desencadenó la violencia en su contra.

La batalla contra la corrupción y la impunidad en México continúa siendo una tarea gigantesca. Aunque el gobierno ha logrado algunas detenciones, entre ellas la de exfuncionarios y militares, hasta el momento no se ha dictado ninguna sentencia por los crímenes perpetrados contra los estudiantes.

Una batalla sin fin

Para las familias, el paso del tiempo no ha mitigado el dolor ni la firmeza. Cristina Bautista, madre de Benjamín, uno de los desaparecidos, asegura que seguirá buscando a su hijo hasta su último suspiro. «Con nosotros se equivocaron», afirma, aludiendo a los intentos del gobierno por acallar sus exigencias.

Para las familias, el tiempo no ha borrado el dolor ni la determinación. Cristina Bautista, madre de Benjamín, uno de los desaparecidos, asegura que continuará buscando a su hijo hasta su último aliento. “Con nosotros se equivocaron”, dice, refiriéndose a los intentos del gobierno de silenciar sus demandas.

El caso Ayotzinapa sigue siendo un recordatorio de las profundas fallas en el sistema de justicia mexicano. Las familias de los 43 estudiantes, junto con organizaciones de derechos humanos, continúan exigiendo verdad y justicia, no solo para sus seres queridos, sino para todas las víctimas de la violencia en el país. Su lucha no solo busca respuestas, sino también un cambio en un sistema que ha permitido que tragedias como esta ocurran una y otra vez.