Partidazo en el Santiago Bernabéu que se salda con victoria visitante, la del Villarreal, después de aplicarle al Real Madrid su propia medicina en su propio estadio, la de las remontadas. 2-3 para el ‘submarino amarillo’, vital para sus aspiraciones europeas, que sufrió cuando el Madrid quiso jugar, sólo a ratos, pero se vio espoleado por un Samu Chukweze que siempre había prometido mucho, pero este año se está confirmando como un jugador de momentos importantes.
Su gol por la escuadra, el tercero de los suyos, sirvió para remontar un partido en el que empezaron perdiendo los de Kike Setién por un autogol de Pau Torres. Fue Chukweze quien hizo el 1-1 antes del descanso, aunque después irrumpió Vinicius con un gol aún mejor que los del extremo ‘groguet’. No sirvió de mucho pese a que el Madrid no cesó en todo el partido de buscar el gol, pero el que lo encontró fue Morales para empatar, y de nuevo Chukweze para sellar la victoria por todo lo alto, con MVP incluido.
Aunque no haya excusa válida para explicar una derrota en casa para un equipo tan grande como el Real Madrid, por muy competitivo que fuese el rival, está claro que los de Ancelotti, después de hacer los deberes y pegarse un atracón en el Camp Nou, están pensando únicamente en la Champions. Eso es lo que demuestran las rotaciones en su once inicial, plagado de jugadores menos habituales, y es normal. Tienen la Liga perdida, más después de lo de este sábado, y lo saben, y no parece que vayan a pelear por ella, aunque han permitido que se acerque peligrosamente a la segunda plaza el Atleti.
Sea como sea, el Chelsea viene el próximo miércoles a la capital en la ida de los cuartos de final de la Champions, y ese es el único compromiso que importa para los blancos. Para todos menos para Vinicius por lo visto hoy. El único capaz de intentarlo todo, con ganas de crear el caos, y echándose el equipo a la espalda en todo momento. Su gol, dejando sentados a cinco rivales y con caño incluido antes de la definición, debería exponerse en museos.
Sin embargo, insistimos, su obra de arte, precedida de una ‘espaldinha’ de otro planeta, se verá opacado por la dejadez de sus compañeros, por la derrota y por el protagonismo de Chukweze. El extremo del Villarreal lo intentó durante todo el partido y demostró que ha mejorado una barbaridad en su punto débil, la definición, resolviendo sus dos tantos de forma asombrosa y espectacular. Aun así, si el Madrid hace el 3-1 en alguna de las múltiples ocasiones que tuvo, no se hablaría de nada de esto.
Con el 2-3, tanto jugadores como afición parecían asumir la derrota, sin otorgarle excesiva importancia, y de hecho sucedió algo extraño en el estadio. En el ambiente se respiraba un aroma a Liga de Campeones muy especial, y lo que debería haber sido un asedio, que lo fue, para empatar al menos, parecía más bien el simulacro perfecto para lo que está por venirle al Madrid. En desventaja, con poco tiempo por delante, parecía más un ensayo para una posible remontada en Champions que una remontada real al uso.
Aun así, nada demerita la victoria del Villarreal. Había muchas dudas cuando llegó Setién al banquillo, pero ahora Europa parece más cercana que nunca, aunque queda mucho trabajo por delante. Mientras, un Madrid ‘pasota’ en una Liga que tenía perdida antes de esta derrota ni siquiera se acordará mañana de lo sucedido hoy. Sólo tienen una cosa entre ceja y ceja: la Orejona. Y nada podrá distraerles de ganar un doblete (Champions+Copa) que ya logró Ancelotti en su primera temporada como técnico en la ‘casa blanca’.