Zelenski ve las negociaciones con Rusia «más realistas» pese a intensificarse los ataques y comenzar la ofensiva de Odesa

«Toda guerra termina en un acuerdo». Con esta frase se dirigía el presidente Volodímir Zelenski a los ucranianos durante un mensaje difundido en la madrugada de este miércoles. Horas antes, el mandatario había reconocido que «las puertas de la OTAN no están abiertas» para ellos y pedía a sus ciudadanos que lo entendieran; lo que significa aceptar una de las peticiones que Rusia había hecho para poner fin al conflicto. Al tiempo que llegaban estos mensajes de acercamiento diplomático, se producían bombardeos en zonas residenciales de Kiev, donde se han reportado varios heridos. Además, la esperada ofensiva a la ciudad costera de Odesa parece haber comenzado, tras reportarse varios bombardeos desde barcos rusos al pueblo de Tuzly.


En un ejercicio de realismo ante la negativa de la OTAN de apoyar a Ucrania en el campo de batalla, Zelenski ha decidido frenar esa aspiración, lo que podría desencallar uno de los puntos fundamentales para el bando ruso: la neutralidad ucraniana. En un mensaje por videoconferencia a líderes de los países nórdicos y bálticos convocados en Londres por el primer ministro británico, Boris Johnson, Zelenski expresó el martes su frustración porque, pese a su presunta política de «puertas abiertas», la Alianza no ha admitido como miembro a su país.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció este miércoles durante la reunión en Bruselas con ministros de Defensa de la OTAN que la Alianza tiene una «responsabilidad» para asegurar que la guerra en Ucrania no se extiende más allá de ese país y admitió que el conflicto tendrá consecuencias «duraderas» para la seguridad de los aliados. «Esta es también la razón por la que hemos incrementado la presencia (militar) en la parte oriental de la Alianza», ha reconocido. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha señalado también miércoles que «no hay posibilidad» de que Ucrania vaya a unirse a la OTAN «a corto plazo.

Mientras tanto, las negociaciones entre rusos y ucranianos se siguen produciendo y desde este lunes se realizan de manera telemática y diaria, aumentando el contacto entre ambos bandos. Por el momento Zelenski asegura que todavía se necesita tiempo para que las decisiones «sean de interés para Ucrania» y «se necesitan esfuerzos», aunque encara con más optimismo los próximos diálogos.


Imagen de archivo de los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping.

En el mismo sentido se ha expresado este miércoles el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, que ha reconocido que las conversaciones con Ucrania «no son fáciles», pero que «hay alguna esperanza de lograr un compromiso». Así, ha argumentado que Zelenski «hizo algunas afirmaciones interesantes», tal y como ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.

«Es una declaración más realista por parte de Zelenski sobre lo que está pasando, porque antes de eso había realizado una serie de declaraciones bastante confrontacionista», ha explicado Lavrov.

Además, el ministro ruso ha declarado que «la reacción de la Alianza Atlántica, en la que aún hay gente cuerda, ha enfriado este ardor«, aunque critica que los países occidentales no quieran resolver la crisis de forma pacífica.

Rusia exige fundamentalmente que Ucrania renuncie a integrarse como miembro en la OTAN, que reconozca la anexión de Crimea (llevada a cabo en 2014) y que acepte la independencia de las «repúblicas populares» de Donetsk y Lugansk, situadas en la región oriental ucraniana del Donbás y reconocidas por Moscú.

Continúan los bombardeos pese al diálogo

El Ejército ruso ha vuelto a bombardear este miércoles algunos barrios residenciales de Kiev, según el servicio estatal de Emergencia ucraniano (SES). El ataque ha afectado al distrito de Shevchenko, donde al menos dos personas han resultado heridas. Según el SES, los ataques en esa zona ha provocado el derrumbe de un edificio residencial de 12 plantas y el derrumbe de otra construcción adyacente de nueve pisos Las unidades de bomberos y rescate más cercanas llegaron inmediatamente al lugar y comenzaron a evacuar a los residentes del edificio y eliminar escombros.

En varias ciudades de Ucrania han sonado las alarmas antiaéreas durante la madrugada de este miércoles. La población de casi veinte ciudades a lo largo y ancho de Ucrania ha tenido que recluirse en refugios, según informa el medio local Kiev Independent.


Así ha sido el camino de este español que ha viajado hasta Ucrania para acoger a varios refugiados

En el sur del país, varios barcos rusos han bombardeado la costa ucraniana en el pueblo de Tuzly en la región de Odesa, considerada la joya del mar Negro y que es un punto estratégico de Ucrania. Según el asesor del ministro del Interior, Anton Gerashchenko, el Ejército ruso «disparó una gran cantidad de municiones desde una larga distancia. Querían probar el sistema de Defensa costera. No lograron ningún resultado».

Anteriormente los medios ucranianos informaron de que los barcos de desembarco de las Fuerzas Navales de la Federación Rusa se estaban acercando a la costa de Odesa. Al menos 14 barcos rusos se dirigían hacia territorio ucraniano. El objetivo ruso es negar el acceso al mar a Ucrania, y a falta de la ciudad de Mariúpol que continúa asediada, la región de Odesa es la ultima para conseguir este objetivo. 

El escéptico optimismo que ofrecen rusos y ucranianos en el ámbito diplomático choca con la realidad en el terreno, que continúa imparable los combates y los bombardeos. Las negociaciones tratan de lograr un alto el fuego que permita el establecimiento de corredores humanitarios precisos y seguros y, a partir de ahí, se entraría en la parte más política relativa a las cuestiones que motivaron la invasión rusa de Ucrania y la guerra, que cumple ya 21 días.

En estas tres semanas han huido de Ucrania ya más de tres millones de refugiados, el mayor éxodo en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Este drama humano se une a los cerca de 700 civiles muertos y 1.143 heridos que ha confirmado la ONU, aunque reconoce que las cifras podrían ser superiores, como así afirman las autoridades ucranianas, que aseguran que al menos 103 niños han muerto en esta guerra.